Intersexualidad: un reto naturalmente asignado

«Si tenemos en cuenta que un bebé de cada 1.500 nace visiblemente intersexual, mientras que muchos otros no son tan obviamente únicos e interesantes a simple vista»

Sarah Graham, activista intersexuada británica, en su blog Brújula Intersexual

Cuando vemos a una mujer embarazada nuestra primer reacción siempre es la misma: ¿Es niño o niña? y es a partir de esa respuesta como se va definiendo la vida de aquel ser humano que aún no llega al mundo; comprándole ropa ya sea azul en caso de ser niño, o rosa en caso contrario. Pero que tal si la respuesta fuera diferente, si en lugar de esperar con ansías la típica afirmación del sexo especulado, recibiéramos por veredicto un: «ambos». ¿De qué color compraríamos su ropa para el baby shower?, ¿Qué deberíamos regalarle, muñecas o carritos?. Estas son apenas unas cuantas preguntas que estoy segura muchos de nosotros hemos ignorado desde antaño gracias a la censura que se le ha aplicado a este tema en particular. Porque tal y como señala Graham (2015) en su texto ¿Existe sólo dos sexos? La mentira descarada que hace que gente como yo sea invisible, » Globalmente, muy pocos intersexuales están fuera del armario. Estamos silenciados por nuestro trauma y atrapados bajo leyes de vergüenza opresiva.»

Pero ¿por qué satanizar la existencia de una persona intersexuada? La misma naturaleza desde tiempos inmemorables nos ha enseñado la importancia de la variabilidad genética en cualquier ser vivo; sea un hombre, una planta, un insecto, etc. No existe razón a alguna para obligar a estos individuos a esconderse, o incluso en casos mayores, a operarse con el afán de evitar alarmar a la sociedad. Puesto que la mayoría de los bebés que nacen con esas características son sometidos a cirugía incluso sin el consentimiento de sus padres, con el fin de «normalizarlos». Es ahí, donde los intersexuados al haber alcanzado un cierto grado de madurez, deben tener la libertad de decidir, de actuar de acuerdo a su sentido común. Porque así como afirmaba Geertz (1996),  «El sentido común no es lo que percibe espontáneamente una mente liberada de propensiones, es, más bien, lo que colige una mente llena de presunciones” (p.105)


«La intersexualidad se define como una condición natural en la que una persona presenta una discrepancia entre su sexo cromosómico (XX/XY), sus genitales (vagina y pene) y sus gónadas (ovarios o testículos), presentando características propias de ambos sexos.»


Daril de la Nuez, en su blog Vix


“Tomando en cuenta el tiempo total semanal del que disponen las y los mexicanos, encontramos que los hombres destinan el 73 % de su tiempo al trabajo remunerado y el 23 % al no remunerado. En el caso de las mujeres, las proporciones se invierten, dedicando el 65 % de su tiempo a labores no remuneradas y el 32 % a las remuneradas.”

Christian Mendoza, en su blog Animal Político

Entonces, ¿cómo debería participar una persona intersexuada en las labores domésticas? ¿Debería tomar el papel que, pese a la lucha continua de la existencia de igualdad de género, asumen la gran mayoría de las mujeres de realizar todo el trabajo en el hogar no remunerado? O más bien, ¿debería ejercer la labor, típicamente asignada desde generaciones anteriores, del hombre de proporcionar dinero al hogar? Suponiendo que el individuo tuvo la decisión de conservar las características físicas provenientes tanto del sexo masculino como femenino.

“Ningún hábito está registrado como especialmente del ámbito masculino.”(Brecha de género en el hogar: las mujeres, a cargo de las tareas domésticas no remuneradas,  2017)

Pero, ¿por qué hacer esta distinción entre estos dos géneros en cuanto a la adjudicación del hábito de la limpieza en casa? Si bien es cierto que desde épocas atrás, se tenía la ideología de otorgar la responsabilidad, y por ende la obligación, de las tareas domésticas a la mujer sin excepción alguna; mientras el hombre se encargaba de trabajar fuera del hogar, recibiendo una remuneración por su arduo esfuerzo. Demostrando así, que su sudor si era digno de ser valorado, menospreciando, por otro lado, el sacrificio femenino.

A pesar de ello, ignoran el hecho de que es fundamental para el desarrollo social, político y económico de cualquier ser humano, el alimentarse, vestirse y sobretodo, tener el placer de descansar en un lugar limpio. Pues aunque el salario cubra la canasta básica, se necesita trabajo para transformarla en alimento y para tener un plato limpio donde servirla. 

«Compartir las tareas del hogar significa que el hombre también asuma responsabilidad en los cuidados aún cuando esté presente la mujer.»(Brecha de género en el hogar: las mujeres, a cargo de las tareas domésticas no remuneradas,  2017)


Sin embargo, los años transcurren y a su paso van trayendo una serie de modificaciones que amplían el panorama para las mujeres, brindándoles la oportunidad de poseer el poder de elegir en dónde desean desenvolverse sin restricción alguna. Más no todo es color rosa por más aparente que se muestre, puesto que de acuerdo a una encuesta realizada a más de 400 personas en Buenos Aires acerca de “los hábitos de participación materna y paterna en la familia”, reveló que a pesar de los esfuerzos hechos por feministas en los últimos años, aún es evidente la desigualdad de género en el hogar.

Puesto que de acuerdo a los resultados obtenidos, se observa que las mujeres que laboran tanto en el hogar como fuera de él, tienden a buscar empleos menos valorados, y por lo tanto mal pagados y sin prestaciones. Limitando así el tiempo que podría ser destinado para realizar cualquier otra actividad diferente. Ya que 9 de cada 10 mujeres cumplen las tareas domésticas, mientras que 4 de cada 10 hombres no realizan ninguna de ellas.

En conclusión, es necesario distribuir de manera equitativa el trabajo tanto doméstico como fuera del hogar en todos los géneros existentes, con el fin de no exceder la carga laboral hacia ninguna persona en particular.

Bibliografía

6 comentarios sobre “Intersexualidad: un reto naturalmente asignado

  1. Hola Katia!
    Me gustó mucho tu entrada, está muy ordenada, bien explicada y representaba visualmente.
    Me llamó mucho la atención lo que mencionas, que no hay necesidad de elegir con qué sexo se define una persona intersexual ni cuál sería su rol en la sociedad, tal vez simplemente no quiera elegir y tome un poco de ambos roles, según sus gustos y está perfectamente bien!
    Hablando de los roles, me gustaría saber si en tu carrera o trabajo, por ejemplo, existe una brecha de género notoria o cómo es que se vive esto de igualdad de género en cuanto a lo profesional/laboral 🙂

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    1. Hola Melanie! Muchísimas gracias! En la carrera hay una brecha muy notoria por el género femenino, ya que hay muy pocos hombres. Sin embargo, por lo que sé, en cuanto a coordinadores de la carrera, siempre se ha ocupado este puesto por hombres.

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  2. Qué tal, Katia.
    Me gusta el modo en el que redactaste tu entrada. Sobre todo la forma en la que iniciaste al plantearnos la pregunta de qué haríamos o cómo reaccionaríamos si descubrimos que un bebé va a nacer con ambos géneros, pues aquella cuestión cumple su función de hacernos pensar, o por lo menos a mi sí me dejó pensando en el caso.
    Por otro lado, me hubiese gustado conocer tu postura cuando preguntas los roles que una persona intersexuada debe tomar dentro de las labores del hogar. Pues siendo honesta, no considero que deban asumir ni los roles de los hombres ni de las mujeres, sino que deberían de realizar ambos de manera equitativa y romper con el esquema establecido por la sociedad sobre tener que cuidar de los hijos y el hogar o el de proveer el dinero al hogar, algo que en realidad todos deberíamos hacer. ^^ Buen día.

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    1. Hola Sofía! Muchas gracias! Concuerdo contigo en que debemos de romper ese esquema tradicional y por otro lado, en mi opinión una persona intersexuada debe tener el derecho de decidir cómo desea participar tanto en labores domésticas como trabajos fuera del hogar; puesto que ambas actividades requieren un esfuerzo en particular que sólo puede ser comprendido por aquel que desarrolla tal ocupación. Saludos!

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  3. Considero que en estas preguntas que planteas está una clave importante para comprender por qué nos aferramos a sostener una sistema sexual binario: «¿cómo debería participar una persona intersexuada en las labores domésticas? ¿Debería tomar el papel que, pese a la lucha continua de la existencia de igualdad de género, asumen la gran mayoría de las mujeres de realizar todo el trabajo en el hogar no remunerado?» Este sistema sexual binario tal vez sirva para sostener roles jerárquicos y desiguales, cuestionarlo tal vez cuestione y desestabilice esa jerarquía. ¿Qué piensas tú?

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    1. Puede que desestabilice la jerarquía pero los cambios son buenos y de vez en cuando ayudar tanto en labores domésticas como en trabajos fuera del hogar es necesario para darnos una idea de a qué se está enfrentando la otra persona que desarrolla estas actividades. Porque en muchas ocasiones juzgamos sin saber el esfuerzo que se requiere para realizar ciertas tareas.

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